El oxígeno forma parte de la lista de medicamentos esenciales de la Organización Mundial de la Salud y, sin embargo, no se distribuye ampliamente en los países en vías de desarrollo que sobrellevan la mayor carga de mortalidad de recién nacidos, niños y adultos gravemente enfermos. Los motivos del acceso escaso al oxígeno suelen ser el costo y la falta de infraestructura para instalar y mantener un suministro fiable del gas. Aun cuando haya suministro de oxígeno en los establecimientos asistenciales, el acceso de los pacientes a este puede verse restringido por la falta de accesorios, un suministro eléctrico inadecuado o la escasez de personal calificado.
Por fortuna, se ha comprobado categóricamente que el uso de los concentradores de oxígeno representa una estrategia viable y costoeficaz para la administración de oxigenoterapia, especialmente cuando los cilindros de oxígeno y los sistemas de gases medicinales entubados son inapropiados o inexistentes. Los concentradores de buena calidad pueden suministrar oxígeno de manera sostenible y fiable a muchos pacientes. Estos dispositivos funcionan extrayendo aire del medio ambiente para expulsar oxígeno concentrado limpio de manera continua. Pueden funcionar hasta 5 años o más, con un mínimo de servicio y mantenimiento. Existen datos de investigación sólidos acerca del uso y la eficacia de los concentradores de oxígeno para aumentar el acceso a la oxigenoterapia que salva vidas y mejorar la calidad global de la asistencia sanitaria en entornos de bajos recursos.
¿Qué es un concentrador de oxigeno?
Un concentrador de oxígeno es un instrumento médico que proporciona terapia de oxígeno a pacientes con enfermedades respiratorias. Los concentradores administran oxígeno más puro que el del aire. Se han hecho significativamente más populares que los tanques de oxígeno comprimido. A diferencia de los tanques, los concentradores no corren el riesgo de tener fugas y causar explosiones o incendios. Por esta razón, son mucho más seguros para usar en urgencias y en situaciones militares, donde la probabilidad de accidentes es mayor. Los concentradores de oxígeno también se usan en algunas aplicaciones industriales, aunque su uso principal es para el tratamiento médico.
¿Cómo funcionan estos equipos?
El aire se compone aproximadamente de un 21% de oxígeno y un 78% de nitrógeno, con el resto consistente en una mezcla de otros gases. Los concentradores de oxígeno succionan el aire y filtran el nitrógeno, dejando oxígeno puro disponible para el tratamiento. Contienen dos torres de zeolito que están llenas de silicato de aluminio. El aire de la habitación se comprime y se bombea dentro de estas torres, donde el silicato de aluminio absorbe el nitrógeno. Éste se expulsa entonces de las torres de zeolito, y el oxígeno puro se bombea en un tanque de almacenaje donde se mantiene hasta que lo necesita el paciente. Hay concentradores de oxígeno estáticos y móviles, y ambos funcionan con fuentes de corrientes convencionales y con baterías. Suelen costar alrededor de 800 dólares, aunque muchos individuos y médicos arriendan los dispositivos de los fabricantes
¿En qué consiste la llamada Tecnología de pulso-dosis?
La tecnología de pulso-dosis es un nuevo desarrollo en la terapia de oxígeno que se ha incorporado en la mayoría de concentradores nuevos. Tradicionalmente, los concentradores han proporcionado un suministro continuo de oxígeno a un paciente sin tener en cuenta si éste inhalaba o exhalaba. Un sistema de pulso-dosis envía oxígeno en incrementos fijos que corresponden al componente de inhalación de un ciclo de respiración del paciente. Al hacerlo, esta tecnología evita que se desperdicie oxígeno e incrementa la eficiencia de un concentrador. La tecnología pulso-dosis es particularmente importante en los concentradores de oxígeno portátiles, que son más pequeños y tienen un almacenaje limitado.
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